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8.1.12

San Sebastián

San Sebastián (Donostia en euskera) es una bella ciudad bañada por el Mar Cantábrico. Situada en la tranquila Bahía de La Concha, San Sebastián está rodeada por los montes Urgull e Igueldo, desde los que se obtienen maravillosas panorámicas de las playas y de los verdes paisajes donostiarras.
La Parte Vieja es el centro de interés de la capital de Guipúzcoa. Sus angostas y deliciosas calles son el escenario que congrega a sus habitantes, invitándoles a pasear y entrar en sus tabernas y sidrerías para saborear los deliciosos pinchos y el marisco fresco recién traído del puerto.
Nacida del mar, es una impregnada por el agua, tanto en el puerto como en la vecina Parte Vieja, se abren calles y avenidas que acaban en un horizonte de mar. Tanto en la zona de palacetes blancos como en la parte del centro, que se asoma a la playa; se esconden caprichos que quedan de los veranos regios como los Pabellones, la Caseta Real de Baños y la famosa Barandilla que bordea la Bahía.
El Ensanche moderno es la zona elegante y discreta de la ciudad, llena de plazas ajardinadas y en sus dos puentes se reúnen farolas, templetes y obeliscos.
Kiosco del Boulevard

Sanfermines de Pamplona



Todos los años hay que reservar una semana de forma obligatoria en la capital navarra. Estamos hablando del 7 al 14 de julio, aunque los más fiesteros deberán estar allí el día 6 de julio, a las 12 del mediodía en el Chupinazo, lanzado desde la Plaza del Ayuntamiento, con el tradicional grito de “Pamploneses, Pamplonesas, ¡Viva San Fermín! Gora San Fermin!”
Tradicional Chupinazo desde la Fachada de la Casa Consistorial
A partir de ese lanzamiento, la fiesta tiene parada durante las 24 horas del día. A las 8 de la mañana, mediante otro lanzamiento de cohete, se inicia cada mañana un encierro de toros por las calles del Casco Antiguo de Pamplona. Desde los corralillos de la cuesta de Santo Domingo, subiendo hasta la Plaza Consistorial (Plaza del Ayuntamiento) y girando por la calle Mercaderes, para acceder a la calle Estafeta que conduce finalmente por el tramo de Telefónica hasta el callejón que entra a la Plaza de Toros. En ese recorrido, la adrenalina de los corredores se dispara a niveles exagerados y todos ellos velan por su cuerpo, tratando de que el toro no le hinque sus pitones ni que los demás corredores les propinen golpes o pisotones. Es muy difícil que todos salgan ilesos ante la masificación.

Benidorm


Esta localidad alicantina es una de las más pobladas durante la época estival, que se alarga hasta octubre. Siempre se ha caracterizado por recibir la gran afluencia de turistas jubilados y mayores de 65 años, pero éstos suelen acudir en temporada baja cuando los precios son mucho más baratos y, además, son financiados por el IMSERSO.
Varios jubilados en el bar de "María Jesús y su acordeón" bailando los "Pajaritos"
Durante los meses de junio, julio y agosto, Benidorm no tiene nada que ver con septiembre y octubre. El pasado 2011, fue noticia por el agotamiento de plazas en hoteles, hostales, chalets de alquiler y bungalows. No cabía un alma en esta ciudad, que en verano pasa de los 71.000 habitantes a más de 300.000. Este boom turístico provoca la llegada de veraneantes de todos los rincones de Europa e, incluso, de América del Norte.
En 2011, llamó la atención la gran cantidad de turistas rusos que apostaron por pasar sus vacaciones en las costas levantinas.
Benidorm no se caracteriza por tener grandes monumentos, museos ni catedrales. La gente, simplemente busca sol, playa, fiesta, tranquilidad y relax.El Mirador en la Playa de Levante